jueves, 30 de octubre de 2008

RAPA NUI - ISLA DE PASCUA

Historia



Según la tradición oral, el pueblo Rapanui habría llegado a esta isla desde una mítica isla llamada Hiva (aunque habrían llegado desde la Polinesia, según la arqueología y otras disciplinas científicas); y su primer "ariki" (rey) habría sido Hotu Matu'a hacia el siglo IV de nuestra era.
Además de la más difundida y aceptada historia (apoyada por la arqueología, la tradición oral y la genética), existen teorías alternativas del origen de su población, siendo las más conocida del arqueólogo noruego Thor Heyerdahl quien sostiene que la población de la Isla de Pascua procede de culturas preincaicas de América del Sur. Por otro lado el historiador peruano José Antonio del Busto postula que el inca Túpac Yupanqui habría hecho una expedición a Oceanía visitando a los naturales de la región. La hipótesis parte de la narración de los cronistas españoles como Pedro Sarmiento de Gamboa quien recoge los relatos sobre una expedición realizada por el príncipe inca Túpac Yupanqui a unas islas denominadas Auachumbi y Ninachumbi. Esta narración dio origen para la formulación de una teoría sobre que esas dos islas serían Mangareva y Rapa Nui, basándose en treinta pruebas que considera haber descubierto en diversas leyendas rapanuis que los relacionarían con los incas

Contextualización Geográfica



El pueblo Rapa Nui habita la Isla de Pascua. Rapa Nui es el nombre originario de esta isla de origen volcánico y forma triangular, situada en medio del Océano Pacífico Sur. La isla, de sólo 180 km2, posee tres volcanes situados en sus tres puntas, el Rano Kau, el Maunga Terevaka y el Poike.
Grandes esculturas de piedra, coronados con rojos sombreros que dan la espalda al mar enmarcan esta compleja y misteriosa cultura. Son los característicos Moai que, a más de 3.000 km. de la costa de Chile continental, frente al Puerto de Caldera, nos hablan de este pueblo ancestral.
Alrededor de 250 Ahu, altares ceremoniales de piedra, 600 Moai en pie y otros esparcidos por la isla, abundantes petroglifos grabados en piedras volcánicas, y música y bailes que recuerdan a la Polinesia, son su escenario cultural.
Actualmente la isla está habitada por 3.837 personas, de las cuales, existe una diferencia de género: 2.010 hombres y 1.827 mujeres; un índice urbano de 3.630 personas, y un índice rural de 207 personas aproximadamente.

Contextualización Temporal

Se tienen indicios del siglo IV o V D.c.

Organización Política



La sociedad rapanui, era gobernada por el ariki, con ascendencia atribuida directamente de los dioses; y estaba dividida en tribus y con clases muy estratificadas. Cada tribu ocupaba una zona, siempre con franja costera. La mayor parte de la población vivía hacia el interior, junto a las áreas de cultivo. En el litoral establecían centros religiosos, políticos y ceremoniales (Anakena, Akahanga) y adoraban a los ancestros casi deificados representados por los moai.
La isla corresponde, político-administrativamente, a la comuna de Isla de Pascua y a la provincia homónima, pertenecientes a la V Región de Valparaíso.
Sin embargo, tras la reforma constitucional de 2007, Rapa Nui es considerado como un "territorio especial", y su gobierno y administración debe ser determinado por un estatuto especial, establecido en la ley orgánica constitucional respectiva, por dictarse. Mientras no entre en vigencia tal estatuto continuará rigiéndose por las normas comunes en materia de división político-administrativa y de gobierno y administración interior del Estado.

Religión



Al igual que las demás sociedades polinésicas, el pueblo rapanui es una cultura que organiza su vida cotidiana en torno a sus creencias espirituales y religiosas; de hecho, gran parte de historia de la Isla de Pascua esta determinada por la evolución de los diversos cultos religiosos que componen la tradición espiritual rapanui.
Para valorar la importancia de la religión entre los pascuenses, es preciso recordar que el ariki, la principal autoridad de la isla, era considerado de origen divino y que las principales actividades productivas eran controladas por la casta de los sacerdotes; sobre este último punto, también debemos tener en cuenta la alta presencia de gigantescas construcciones destinadas al culto religioso, como son los ahu y los moai.
Como ya hemos mencionado, la vida cotidiana de los pascuenses estaba definida por los ritos religiosos. Estos comenzaban en el momento del nacimiento con el corte del cordón umbilical, y continuaban en los primeros años de infancia con el primer corte de pelo y la postura del primer taparrabo; posteriormente, a los ocho años, los niños recibían el primer tatuaje, el que llevaban en las piernas.
Una vez superada la etapa de la infancia, los jóvenes eran sometidos a los ritos que marcaban su iniciación en la adultez; el principal de ellos era la celebración de la pubertad, que consistía en la reclusión por varios meses, de niños y niñas pascuenses en la pequeña isla de Moto Nui, la que se encontraba frente a la aldea ceremonial de Orongo.
En esta isla, los jóvenes recibían instrucción en diversos campos de la cultura rapanui: los oficios, las tradiciones, el arte de la guerra; en esta especie de escuela, además, los jóvenes practicaban juegos de destreza y habilidades físicas que servían a los maestros instructores para seleccionar a los más aptos: los elegidos pasaban a desarrollar especialidades artesanales vitales dentro de la sociedad rapanui: los tatuajes, la escritura, la escultura y la cantería.
Así como los ritos religiosos se iniciaban desde el momento del nacimiento, los que tenían relación con la muerte también eran de gran importancia y trascendencia para el pueblo pascuense; la principal razón de ello, radica en que el culto a los antepasados es una de las principales características de la sociedad rapanui. Aunque las prácticas funerarias pascuenses no incluían la momificación de los difuntos, sí desarrollaron una particular modalidad para tratar a los cadáveres de los miembros poderosos de los diversos linajes.
Esta modalidad consistía en envolver los cuerpos de los muertos en telas vegetales, para luego exponerlos al aire libre en el interior del ahu de cada linaje; una vez que el cuerpo se descomponía, los huesos del difunto eran lavados y depositados en una cámara funeraria (una especie de mausoleo del ure) que se hallaba en el mismo ahu. La finalidad de esta acción era que el alma del difunto se pudiera reunir con las almas de sus ancestros, una vez que abandonaba el mundo terrenal. Finalmente, los miembros del linaje recordaban al difunto en el ceremonial del Paina, la que era un acontecimiento de gran relevancia social: durante este ritual, los deudos del fallecido erigían frente al ahu, una gran efigie formada de palos y telas, que representaban la imagen del ancestro recordado.

Junto a las tradiciones religiosas relacionadas con el ciclo vital de los hombres, la sociedad pascuense también desarrolló costumbres relativas a la presencia de espíritus en la comunidad; estos conformaban una dualidad entre el bien y el mal, y se podían encarnar tanto en animales como en objetos. En relación con esta afirmación, debemos recordar que los rapanui consideraban que al ariki o rey, poseía poderes mágicos que se conocían con el nombre de maná, y que le permitían a este asegurar la fecundidad de las cosechas y la preeminencia sobre los espíritus malignos.
La tradición ancestral pascuense señala que en tiempos del rey Hotu Matu´a, uno de los artesanos que los acompañaron en su viaje desde la legendaria Marae Renga observó a los espíritus y decidió representarlos, tallando sus figuras en un trozo de madera dándoles forma de seres humanos. Lo interesante de este acontecimiento, es que se estima que fue el comienzo del desarrollo de la impresionante tradición constructora de los rapanui, la que se vio reflejada en los ahu y los moai.

Organización Social



La sociedad rapanui estaba dividida en unas diez tribus o mata las que a su vez se subdividían en linajes (ure) que estaban conformados por familias que descendían de un ancestro común.
Cada linaje tenía su centro de poder político y religioso en los sectores costeros, desde donde controlaban un territorio (kainga) que se proyectaba hacia el centro de la isla. En la franja costera era donde se construían plataformas ceremoniales (ahu) en las que se desarrollaban ceremonias, investiduras, además de ritos de iniciación y redistribución de alimentos. En este sector se asentaba la nobleza y los sacerdotes (en casas-bote o hare paenga) y hacia el interior se distribuían las familias extensas en torno al anciano de mayor prestigio que lideraba el linaje.

Tradición Social
De acuerdo a la tradición, el ariki o rey Hotu Matu'a a la cabeza de una sociedad compuesta por la familia real (ariki paka), sabios (maori), sacerdotes (ivi atua), guerreros (matatoa), además de artesanos, pescadores y agricultores habría partido desde una lejana tierra llamada Marae Renga. Consigo portaban bienes como tablillas de madera (rongo rongo) con registro escrito de leyendas y genealogías, además de plantas y animales que resultaron de extrema importancia para los colonizadores de un territorio escaso en recursos.
El ariki era descendiente directo del dios creador por lo que estaba investido de un poder sobrenatural denominado mana y protegido por el tapu o tabú. El mana se concentraba en la cabeza del ariki, de tal suerte que nadie podía tocarlo ni cortarle el pelo.
La familia real se habría instalado en Anakena, convirtiéndose por generaciones en el territorio más sagrado e inviolable de la isla. Sin embargo, antes de morir, Hotu Matu'a habría dividido la isla entregándole una parte a cada uno de sus hijos para que estos formaran sus propias tribus o mata.
Al pasar el tiempo las tribus fueron subdividiéndose en distintos linajes con lo que también se generaron diferencias de prestigio en la estructura social, de tal forma que hacia la época culmine del desarrollo cultural rapanui las tribus del oeste habrían formado una confederación llamada Ko Tuú Aro que se mantuvo permanentemente en conflicto con aquellas del este llamadas Ko Hotu Iti.